martes, 14 de mayo de 2013

Competencias para la vida



Hace tiempo, leí una cita que me recordó algo que me dijo una vez una persona muy querida:

 " No pidas lo que no das, no exijas lo que no entregas. En todos los aspectos de la vida, a la larga o a la corta, sólo cosechas lo que siembras".

Con esta filosofía de vida, nuestros mayores fueron capaces enseñar a su vez a nuestros padres, a desarrollar competencias para la vida de manera eficaz, trabajando como hormigas para ser fuertes en tiempos de adversidad, y fecundos en épocas de bonanza en todos los aspectos de la misma.

Quizá no tuvieron tantas oportunidades de aprender enseñanzas regladas, pero fueron capaces de aprender el camino de la resilencia y hacerse fuertes.

Sin embargo, paradójicamente, poco a poco la sociedad ha ido evolucionando hacia un afán de sobreprotección hacia los hijos, haciéndoles débiles en aspectos prácticos.
Nos estamos haciendo demasiado políticamente correctos. El lobo del cuento, resulta que ahora es bueno, los cazadores no cazan, y todo lo malo, lo negativo, lo que da miedo se esconde.
La muerte, ya no forma parte de la vida. La salud, ya no forma parte de la enfermedad. La riqueza ya no es antagónica a la pobreza, porque nos contamina.
A nuestros hijos les estamos protegiendo tanto, que les convertimos en futuras personas con problemas, sin capacidad de reacción para los aspectos prácticos de la vida.

A mi juicio, hoy más que nunca debido a la coyuntura económica, social y laboral a la que nos enfrentamos en la actualidad, se impone la educación por competencias.

La persona más valiosa, es aquel que trabaja constantemente sus debilidades para convertirlas en fortalezas y tiene el coraje suficiente para enfrentarse a las dificultades con optimismo y perseverancia. Ese vale su peso en oro. Porque siempre recoge una buena cosecha de todo lo que siembra. La constancia es la clave.

A efectos prácticos en tema de empleo,en nuestra sociedad actual, prima sobre todo tener un buen curriculum plagado de títulos de lo que sabes hacer sin decir quien eres, pero la realidad, es que muy pocos pueden alardear de tener un buen curriculum vital de adversidades superadas con éxito. Se valora todavía poco la evaluación por competencias, que en realidad lo que definen, es la personalidad del individuo, y nos olvidamos que no siempre el que más sabe es el que mejor encaja en el equipo.





lunes, 29 de abril de 2013

Zona de confort, de pánico y aprendizaje emocional

No hace mucho, un compañero de una red social profesional, me hizo llegar un vídeo que compartiré con vosotros mis lectores, muy interesante. Merece la pena que dediquéis 7 minutos y medio para verlo. Os dará que pensar...
 
Invitaba a la reflexión sobre cómo reestructurar tu vida y adaptarte a los cambios, para poder luchar por aquello que deseas y ampliar tu zona de aprendizaje mediante experiencias vividas.
 
Salir de tu zona de confort, salir de ese lugar mental en el que estás a gusto o acomodado, para cambiar tu vida, salir de ese conjunto de límites que se encuadran en el marco de tu existencia, agarrarse con fuerza a un nuevo asidero para tomar iniciativas que merecen la pena.
 
Estar a gusto con tu vida, no es necesariamente bueno. Cuando se abandona el camino más trillado, aparecen alternativas que con iniciativa nos permiten desarrollar nuevas perspectivas y nuevas ideas que nos enriquecen y aportan un valor incalculable para gobernar nuestras vidas.
 
El problema de la zona de confort es que es difícil librarte de ella, porque se está muy a gusto, y la rutina junto con el entorno social donde te mueves, te condiciona y hace que te dejes mecer por las olas como una botella que viaja al libre albedrío por el mar.
 
Lo mas curioso, es que nuestra naturaleza hace que tendamos una y otra vez, a transformar nuestras iniciativas en una nueva zona de confort, haciéndonos sufrir nuevamente la incomodidad de preparar de nuevo nuevas ideas y estrategias para seguir aprendiendo.
 
Esto supone mucho esfuerzo, por lo tanto, nos cuesta muchísimo evolucionar por propia iniciativa.
Sin embargo, es importante tener en cuenta, que aunque nunca nos podamos liberar de nuestro sistema acomodaticio, hay que moverse lo máximo posible para llegar al éxito, y para intentar conseguir todo aquello que nos proponemos. La zona de aprendizaje hay que cultivarla constantemente.
La fortuna, la buena suerte, aparece si se crean nuevas oportunidades de cambio.
 
Cambiar da mucho miedo. Tenemos miedo a lo desconocido, a no poder dar marcha atrás en tu apuesta, al fracaso, a entrar en nuestra zona de pánico. Pero sobre todo hay que tener en cuenta, que no hay que mirar atrás cuando se han tomado decisiones, sino luchar por ellas, y abandonar definitivamente los caminos no elegidos. Dispersar nuestras fuerzas en emociones inútiles respecto a lo que podría haber sido, o hubiera hecho....no nos aportan nada más que tristeza y frustración.
 
Salir de nuestra Zona de Confort nos ayuda a crecer emocionalmente y nos enseña a luchar por lo que de verdad nos importa. A caer y a levantarnos más fuertes con todos los sentidos alerta.
 
La resistencia al cambio, y la búsqueda de la no evolución no aporta nada. Porque al final, la vida por si misma te llevará a través de un montón de caminos que nos has elegido y que te han sido impuestos por el azar o por otros que sí han elegido por ti.
 
Tenemos poder de decisión y actuación. Podemos marcar pautas y tomar las riendas de nuestra vida, si tenemos valor para ello.