lunes, 29 de abril de 2013

Zona de confort, de pánico y aprendizaje emocional

No hace mucho, un compañero de una red social profesional, me hizo llegar un vídeo que compartiré con vosotros mis lectores, muy interesante. Merece la pena que dediquéis 7 minutos y medio para verlo. Os dará que pensar...
 
Invitaba a la reflexión sobre cómo reestructurar tu vida y adaptarte a los cambios, para poder luchar por aquello que deseas y ampliar tu zona de aprendizaje mediante experiencias vividas.
 
Salir de tu zona de confort, salir de ese lugar mental en el que estás a gusto o acomodado, para cambiar tu vida, salir de ese conjunto de límites que se encuadran en el marco de tu existencia, agarrarse con fuerza a un nuevo asidero para tomar iniciativas que merecen la pena.
 
Estar a gusto con tu vida, no es necesariamente bueno. Cuando se abandona el camino más trillado, aparecen alternativas que con iniciativa nos permiten desarrollar nuevas perspectivas y nuevas ideas que nos enriquecen y aportan un valor incalculable para gobernar nuestras vidas.
 
El problema de la zona de confort es que es difícil librarte de ella, porque se está muy a gusto, y la rutina junto con el entorno social donde te mueves, te condiciona y hace que te dejes mecer por las olas como una botella que viaja al libre albedrío por el mar.
 
Lo mas curioso, es que nuestra naturaleza hace que tendamos una y otra vez, a transformar nuestras iniciativas en una nueva zona de confort, haciéndonos sufrir nuevamente la incomodidad de preparar de nuevo nuevas ideas y estrategias para seguir aprendiendo.
 
Esto supone mucho esfuerzo, por lo tanto, nos cuesta muchísimo evolucionar por propia iniciativa.
Sin embargo, es importante tener en cuenta, que aunque nunca nos podamos liberar de nuestro sistema acomodaticio, hay que moverse lo máximo posible para llegar al éxito, y para intentar conseguir todo aquello que nos proponemos. La zona de aprendizaje hay que cultivarla constantemente.
La fortuna, la buena suerte, aparece si se crean nuevas oportunidades de cambio.
 
Cambiar da mucho miedo. Tenemos miedo a lo desconocido, a no poder dar marcha atrás en tu apuesta, al fracaso, a entrar en nuestra zona de pánico. Pero sobre todo hay que tener en cuenta, que no hay que mirar atrás cuando se han tomado decisiones, sino luchar por ellas, y abandonar definitivamente los caminos no elegidos. Dispersar nuestras fuerzas en emociones inútiles respecto a lo que podría haber sido, o hubiera hecho....no nos aportan nada más que tristeza y frustración.
 
Salir de nuestra Zona de Confort nos ayuda a crecer emocionalmente y nos enseña a luchar por lo que de verdad nos importa. A caer y a levantarnos más fuertes con todos los sentidos alerta.
 
La resistencia al cambio, y la búsqueda de la no evolución no aporta nada. Porque al final, la vida por si misma te llevará a través de un montón de caminos que nos has elegido y que te han sido impuestos por el azar o por otros que sí han elegido por ti.
 
Tenemos poder de decisión y actuación. Podemos marcar pautas y tomar las riendas de nuestra vida, si tenemos valor para ello.
 
 

2 comentarios:

  1. Ah! Amiga Rosa...ahí le has dado!Yo pienso que abandonar la zona de confort de forma voluntaria es una de las decisiones mas difíciles que se pueden presentar para un determinado tipo de gente, acostumbrada a estar en ese puesto aunque no esté del todo contenta con él. Y desde luego, el miedo al cambio, a lo desconocido...ya sabes, ese refrán negativo, inventado por una gente sin vida y completamente sumisa que dice: "mas vale lo malo conocido..."

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Razón tienes: Tan sólo hay tres grupos de personas: Los que hacen que las cosas pasen, los que miran las cosas que pasan y los que preguntan que pasó...

      Eliminar